Otra vez se me pasó el tiempo y no escribí..bueno otra vez fui la más felíz en mi casita en Mérida :) Hoy estaba nostálgica (pero solamente un tris) y recordé el año pasado.
El año pasado viaje 9823748274 veces a Caracas...y todas las veces me amargaba por el calor, por la gente, por el caos. Y ahora, viviendo en Bogotá, tan verde, tan relativamente organizada, tan fria, aprendí a querer a Caracas.
Caracas podría venderse como La ciudad del Caos...sí, en serio. Y no me parece negativo del todo. Tiene sus cosas cheveres. Caracas es un collage, no tiene comparación. Hay de todo para todos.
Pero hablemos un poquito de la aventura de ir a Caracas: Lo primero es el viaje en autobus, viajar con caraqueños es una nota...critican el calor y al conductor, pero al final de cada frase terminan considerándo a las personas.
Una vez en la capital, comienza a sonar salsa..en los buses o en los taxis...¡no importa! Caracas es una ciudad salsera. Y la gente, creánme, tiene un tumbao al caminar muy especial. A veces pareciera como si bailaran...¿Y como no? Si en caracas se puede encontrar mucha gente preciosa de raza negra...
Y hablando de razas...lo mejor de Caracas: LA GENTE ES SUPER BONITA!!!Una de las razones por las que más valoro mis viajes, es porque me han enseñado lo hermoso de la mezcla entre diferentes culturas. Y en Caracas, esa mezcla de africanos, europeos e indígenas ha dado un resultado precioso. En el metro ves morenos altos de ojos claros..o gente achinada con cabello ondulado...¡UNA VERDADERA BELLEZA TROPICAL!!!
Bueno, y eso no es todo...el espíritu de los caraqueños se les envidia...me costó mucho entenderlos y admirarlos, pero hoy en día siento que se puede aprender tanto, tanto de ellos. Vivir en el caos les ha dado una perspectiva muy especial de la vida. Una aceptación de los sucesos y una alegría que impregna todo.
Una vez estaba en el metro a las 6 de la tarde..amargada, of course! Y llega un momento en que ya no controlas tu cuerpo, eres parte de una gran masa de gente que se mueve de un aldo a otro...y créeme...¡Tú no eres el que decide a donde! Entrar entonces en el vagón del metro es difícil, pero salir es un verdadero reto gladiadores. Y ese día estaba yo, amargada, tratándo de empujar a las personas para avanzar 2 metros hasta la salidad antes de que me llevaran a otra estación...y cuando me di cuanta estaba prácticamente bailando con las personas..felíz de la vida...RIENDOME!!!
Esa imagen de la gente bonita, apretujada y sonriente nunca se me olvidará.
Esos caraqueños se las traen. Estoy segura de que saben algo que no nos han dicho. Tienen la capacidad maravillosa de encontrar felicidad en los eventos más estresantes de la vida.
Tienen guaguancó esos caraqueños...No hay duda. La verdad tengo ganas de ir a Caracas y de quedarme un tiempo. Ese tumbao debe contagiarse de alguna manera. Claro que yo no quiero ir solo por el tumbao...hay una razon mucho mas fuerte y mas poderosa: Tù.
Este blog es un poquito como yo, un revoltijo de culturas, de costumbres, de acentos y de recuerdos, es un poquito mi vida…así, a veces inestable, a veces rutinaria, siempre croscultural.
viernes, 3 de agosto de 2007
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